Es un problema cada vez más
frecuente. Cuáles son los síntomas y qué se puede hacer.
Estrés infantil
Los especialistas coinciden: el estrés infantil es
una afección cada vez más frecuente, y sus principales desencadenantes son
la exigencia de alto rendimiento y la sobrecarga de tareas a la que están
sometidos muchos chicos.
Un ámbito escolar muy competitivo, padres super estresados y la falta de
tiempo libre para que los chicos puedan jugar más o simplemente no hacer
nada, se puede convertir en el caldo de cultivo de algunos síntomas del
estrés, una afección que hasta hace poco tiempo era considerada un
patrimonio exclusivo de la vida adulta.
Cuáles son los síntomas a los que habría que estar atentos "La
sintomatología tiene que ver con alteraciones gastrointestinales -como
dolores estomacales, diarreas, náuseas o vómitos-, con cefaleas, o con
cambios emocionales, donde hay alteraciones de la conducta, como
nerviosismo o agresión. Cuando se producen estos cambios, resulta más o
menos claro que al chico se lo está sobrecargando", señala Daniel López
Rosetti, presidente de SAMES, la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés
(www.sames.org.ar).
Dentro de las alteraciones que ocasiona el estrés infantil están también
los problemas de aprendizaje. No pocas veces vemos que un chico con
dificultades de este tipo tiene síndrome de estrés -señala López Rosetti-.
Cada vez es más frecuente la consulta de los padres y el estrés es cada
vez más común en el ámbito infantil .
Qué se puede hacer para aliviar esta situación Muchos chicos viven con una
carga importante de tareas: doble escolaridad, demandas en el rendimiento,
profesores o maestros muy exigentes, con lo cual disminuye el tiempo para
el juego y la diversión. El estrés responde favorable y rápidamente a la
disminución de cargas y presiones, y al aumento de las actividades del
chico con sus pares , agrega.
Según el especialista, una forma de decir basta que tienen los niños es no
aprender. Hay que dimensionar la carga a la respuesta individual de cada
uno , sostiene, porque el estrés infantil no resulta de la carga
autoimpuesta sino que se produce por el exceso de carga de la actividad
escolar o por la presión familiar para que tenga el rendimiento esperado
por sus padres .
A diferencia del adulto, que muchas veces se sobrecarga externa o
internamente, a los chicos se los sobrecarga desde el entorno. Pero un
niño necesita jugar, tiene sus propias necesidades, y no siempre es igual
a sus hermanos , concluye López Rosetti. Una visión similar sobre el tema
tiene Gabriela Martínez Castro, la directora de CEETA, el Centro de
Estudios Especializados en Trastornos de la Ansiedad. (www.ceeta.com.ar).
Para ella, el estrés en los niños es básicamente el mismo que en los
adultos. Hay situaciones relacionados con la inseguridad, si fueron
robados o agredidos, que puede ser desencadenante. Las condiciones para
que este trastorno se presente es tener un antecedente hereditario, que
uno de los padres tenga predisposición a la ansiedad .
Entre las causas que funcionan como detonantes, la especialista señala que
el estrés infantil crece en un ambiente exigente y crítico el factor
desencadenante -reitera- puede ser la inseguridad. El estrés infantil se
da tanto dentro como fuera del ámbito escolar, por sobrecarga de un
ambiente muy exigido y crítico en la casa, y sobrecarga en la escuela con
cada vez más tarea para hacer en el hogar .
A la hora de hablar de las señales de alarma, Martínez Castro señala que
básicamente, los trastornos de la ansiedad se expresan de manera similar a
lo que ocurre en los adultos: el chico está deprimido, ansioso, preocupado
por su rendimiento, y puede llegar a caer en la fobia escolar. También
sufre síntomas físicos, como el dolor de estómago o fiebre .
Para prevenir este trastorno, la especialista sugiere tener cuidado con el
manejo de la agenda de los chicos, no someterlos todo el día a
actividades, y dejar tiempo para el esparcimiento, el descanso. También se
debe cuidar el nivel de hipercrítica y exigencia que a veces tienen los
padres, y trabajar el grado de pesimismo o pensamientos catastróficos que
pueden aparecer en algunos chicos, me va a ir mal, todos se van a burlar
de mí , etc. Hay que estar muy atentos, porque el número de chicos con
estrés está aumentando, y en algunos casos puede llegar a trastornos de
pánico y fobia social , advierte.
Silvana Boschi.
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