Radiculopatías: EMG y
conducciones nerviosas
Las radiculopatías
cervicales y lumbares son una de las indicaciones más
frecuentes de solicitud de un estudio electromiográfico13 y
es un complemento muy valioso a las pruebas de
imagen para tomar decisiones quirúrgicas (tabla
3).
Las raíces más
frecuentemente lesionadas por hernia discal o
espondiloartrosis son la C6, C7, L5 y S1, que corresponden a las
regiones de mayor movilidad vertebral y por tanto de mayor
sufrimiento discal14.
Plexopatías
Los plexos braquial y
lumbosacro son vulnerables a las lesiones por la
superficialidad anatómica y escasa protección colágena
en la región cervical, y por la movilidad de las articulaciones
vecinas. En ocasiones, es difícil
conocer la
localización y la extensión de las lesiones nerviosas por la
exploración electrofisiológica y, por estar en zonas anatómicas
de transición de raíz a tronco nervioso y
nervio15-17.
Es necesario conocer
bien la anatomía, fisiopatología y los hallazgos
electrofisiológicos de estas lesiones, que generalmente llevan a
exploraciones largas y no siempre fáciles de
interpretar.
El conjunto de la
electrofisiología de aguja y las conducciones motoras y sensitivas
ayudan al diagnóstico, localización y a
conocer la intensidad de las lesiones y seguir su evolución.
Mononeuropatías
agudas
Son neuropatías que
se presentan de forma brusca, afectan a un solo
tronco nervioso y cuya lesión es generalmente de origen traumático.
En una mononeuropatía
es necesario conocer el nervio lesionado, el
lugar de la lesión y su intensidad.
La lesión aguda de un
nervio por traumatismo puede producir según la clasificación clásica de
Seddon18, una neuroapraxia, axonotmesis o neurotmesis, dependiendo de si la
lesión es solamente una desmielinización focal, si hay lesión axonal pero se
mantienen las envolturas colágenas o si hay una lesión de todas las estructuras
del nervio.
La electromiografía
con aguja de los músculos lesionados permite conocer si la lesión ha afectado a
los axones (presencia de potenciales de fibrilación y ondas positivas) o si
únicamente hay una lesión mielínica (neuroapraxia).
La conducción
nerviosa motora a través del nervio dañado está afectada con velocidad de
conducción disminuida o ausente, dependiendo de la intensidad de la misma. La
conducción sensitiva también disminuye.
En el caso de la
neuroapraxia, el estudio con aguja no muestra la presencia de fibrilaciones, y a
la estimulación del nervio las fibras desmielinizadas no conducen a través del
punto de la lesión, pero sí periféricamente a la misma.
En la axonotmesis, el
axón degenerado desencadena la aparición de potenciales de fibrilación y pérdida
de UM dependiendo de la intensidad de la lesión, en los músculos distales a la
lesión nerviosa. Con la regeneración de las fibras nerviosas van apareciendo
potenciales de reinervación nacientes (fig. 10) que dan lugar en su evolución a
potenciales polifásicos de gran duración19.
La conducción
nerviosa muestra disminución de la velocidad de conducción y de la amplitud de
la respuesta, que van mejorando a medida que reinerva el nervio.
En la neurotmesis
aparece la actividad de reposo con fibrilaciones, no hay actividad voluntaria
alguna, ni ante la estimulación nerviosa y su pronóstico es muy sombrío si no
hay una reparación quirúrgica.
Mononeuropatías por
atrapamiento
Las neuropatías por
atrapamiento se producen por causas mecánicas en puntos susceptibles a la
compresión y cuando atraviesan zonas superficiales y osteofibrosas. Generalmente
son procesos lentos, progresivos y crónicos, aunque en algunos nervios son
procesos agudos por compresión mantenida como es la lesión del nervio radial en
el canal de torsión.
Es necesario en todos
los casos confirmar que hay una lesión de un nervio, aclarar el punto de
atrapamiento, conocer la intensidad de la lesión y su evolución. La intensidad
de la lesión puede ir desde una simple desmielinización en el punto de lesión o
atrapamiento, hasta una degeneración axonal más o menos intensa de sus
fibras20-22.
En el estudio
neurofisiológico es fundamental tanto la EMG como la conducción motora y
sensitiva. El EMG nos mostrará potenciales de fibrilación y ondas positivas en
reposo cuando la lesión sea axonal, y el máximo esfuerzo ayudará a cuantificar
la pérdida de UM.
Las conducciones
motora y sensitiva nos ayudarán a localizar el sitio de la lesión y su
intensidad, por el enlentecimiento de la conducción en los puntos de compresión
y por la disminución de las amplitudes motoras y sensitivas en relación con la
degeneración axonal23.
Los atrapamientos más
frecuentes se producen en el nervio mediano en el túnel del carpo; en el nervio
cubital en el codo y en el túnel de Guyon; en el nervio radial en el canal de
torsión; en el ciático poplíteo externo en la cabeza del peroné; en el ciático
poplíteo interno en el túnel del tarso, y la meralgia parestésica en la ingle (figs.
11 y 12).