LA ELECTRONISTAGMOGRAFÍA COMPUTARIZADA EN
EL ESTUDIO DEL PACIENTE CON VÉRTIGO
Manuel Gallardo-Flores, Carlos Vera-Miaciro, Carlos Vera-Miaciro.
Unidad de Otoneurología Servicio de
Otorrinolaringología Hospital Central de Fuerza Aérea del Perú.
http://www.upch.edu.pe/vrinve/dugic/revistas/index.php/RNP/article/view/1547
La electronistagmografía computarizada
es una herramienta moderna, la cual forma parte del estudio del paciente con
queja del mareo, vértigo, inestabilidad y/o desequilibrio. Permite estudiar los
movimientos oculomotores (sacadas, rastreo y nistagmus ortoquinético), el
nistagmus producido por la aceleración sinusoidal armónica y el nistagmis
poscalórico por estimulación témica del oído.
La información que nos brinda nos
permite identificar si la lesión es central o periférica, ubicar el lado
afectado y realizar un dianóstico topográfico preciso.
Son muchos los pacientes que acuden al
otorrinolaringólogo, neurólogo o médico general por presentar mareo, vértigo,
desequilibrio y/o inestabilidad. Estos síntomas son manifestaciones de
afectación del aparato vestibular ya sea central o periférico.
El correcto estudio de estos pacientes
implica realizar una historia clínica prolija, un examen audiológico extenso en
el cual se realice una audiometría tonal, discriminación de la palabra, test de
Flowler, y SIS, emisiones otoacústicas, potenciales auditivos (ABR, electrococleografía), y un estudio vestibulométrico en el cual se realicen
pruebas vestíbulo-espinales que evalúan el equilibrio estático y dinámico, y
pruebas vestíbulo-ocular, esto último a través de la electronistagmografía.1
El equilibrio corporal es la resultante
de informaciones visuales, propioceptivas y vestibulares, las cuales son
integradas y analizadas en el tronco encefálico. De aquí parten eferencia hacia
los núcleos oculomotores, formación reticular, cerebelo, corteza cerebral y
musculatura del cuello y tronco, dando la postura y la orientación espacial.2
Cuando las aferencias procedentes de algunos receptores o de las vías y núcleos
centrales se altera, aparece el vértigo como manifestación de este conflicto de
información.
El paciente con desaferentación
vestibular unilateral o bilateral asimétrica presentará vértigo como síntoma
cardinal, además de otros síntomas acompañantes tales como hipoacusia, tinnitus,
presión aural, algiacusia, náuseas, vómitos, palidez, sudoración como
manifestaciones de afectación central. Si la afección es vestibular simétrica o
no vestibular no habrá vértigo, pero sí desequilibrio, diplopia oscilopsia,
entre otros.3
Existen tres tipos de movimientos
oculares: voluntarios, espontáneos y reflejos. Los movimientos voluntarios se
presentan por deseo del sujeto. Los movimientos espontáneos aparecen en ausencia
de deseo y tienen como finalidad el desarrollo de la función visual. Los
movimientos oculares reflejos, como el reflejo vestíbulo-ocular, aparecen por
estímulo de neuro-epitelio laberéntico y por cambios de la orientación de la
cabeza permitiendo el mantenimiento del estímulo visual en la retina durante los
movimientos cefálicos.
El nistagmus es un movimiento ocular
rítmico y repetitivo, cuyo origen puede ser visual o vestibular, o puede tener
su origen en anormalidades en el cerebelo o tronco encefálico. El nistagmus
vestibular se caracteriza por presentar dos fases: lenta y rápida.6
La electronistagmografía (ENG) es el
método de registro de nistagmus y de los movimientos oculares, permitiendo
cuantificar las alteraciones que sólo se aprecian cualitativamente en el examen
clínico, poner de manifiesto alteraciones que no se observan a simple vista y
registrar nistagmus para su posterior control y seguimiento. Este examen tiene
como fundamento la alteración en el campo eléctrico de la cara producido por el
desplazamiento ocular. El globo ocular funciona como un dipolo, con carga
positiva en la córnea y negativa en la retina, de tal manera que al moverse
produce esta alteración en el campo eléctrico.4,7
La
ventaja de la ENG computarizada sobre la analógica, es que añade el análisis
cuantitativo de los movimientos oculomotores al estudio vestibulométrico, lo
cual permite no sólo distinguir una patología periférica de una central, sino
que se puede realizar el diagnóstico topográfico de esta última distinguiéndose
lesiones en el ángulo pontocerebeloso, lesiones cerebelares, lesiones intrínsicas del tronco encefálico o lesiones parietales.8
La ENG computarizada representa el "gold estándar" en la identificación de
disfunción vestibular central.9
La batería de
pruebas oculomotoras incluye los movimientos sacádicos, de rastreo y optoquinético. Los movimientos sacádicos o fásicos son movimientos oculares
rápidos que tienen su origen en la corteza prefrontal y actúan a través de la coteza cerebelosa la cual facilita el movimiento ocular al disminuir el tono de
los músculos extraoculares. Estos movimientos son inducidos pidiéndole al paciente que
observe un punto luminoso el cual se mueve en un patrón horizontal ramdomizado (fiq.
1). Se analiza la velocidad ocular, la latencia y la morfología del trazado en
busca de dismetrías en esta última. Velocidades muy bajas sugieren anomalías en
la formación reticular pontina, latencias muy prolongadas indican anormalidad en
los ganglios basales y dismetrías (hipo o hipométrías) sugieren anomalías en el
cerebelo.10,11
El
rastreo está dado por movimientos oculares lentos ó tónicos, los cuales tienen
su sustrato anátomo-fisiológico en los tubérculos cuadrigéminos superiores,
responsables del reflejo de seguimiento. Son inducidos al pedirle al paciente
que siga el movimiento de un punto luminoso, el cual lo hace en forma lenta y
siguiendo un patrón sinusoidal (fig. 2). Se analiza la ganancia y la morfología
de la onda. Si el rastreo es asimétrico será el indicio de afección del sistema
nervioso central, ya sea hemisférica unilateral o de fosa posterior.10,11,12
El nistagmus optoquinético está constituido por dos reflejos: el de seguimiento (fase lenta)
y el de fijación (fase rápida), cuyos sustratos anátomo-fisiológicos son
fundamentalmente subcortizales (tubérculos cuadrigéminos superiores) para el
primero y corticaloccipital para el segundo. Se consigue pidiendo al paciente
que observe ya sea las líneas blancas o negras que se encuentran en unn tambor
que gira a velocidad constante o sinusoidal en ambos sentidos, horario y antihorario para movimientos horizontales, que también pueda realizarse con
movimientos verticales (fig. 3). Tiene el mismo valor localizador que el
rastreo.10,11
Las pruebas
rotacionales, como la aceleración sinusoidal armónica, utilizan un estímulo que
es natural para el laberinto. Ambos laberintos son uno estimulado y el otro
inhibido al mismo tiempo en forma alterna, por lo cual esta prueba no confiere
un valor localizador. El sujeto a evaluar es sentado en un sillón con la cabeza
inclinada hacia adelante en 30°, con la finalidad de horizontalizar los
conductos semicirculares horizontales, el cual gira en sentido horario y antihorario, siguiendo un patrón sinusoidal (Fig. 4). Se valora la capacidad del
sistema nervioso central en procesar la información vestibular en la prueba de
giro vestibular y la capacidad de interactuar los estímulos visuovestibulares en
la prueba de giro optovestibular.4,11
En la pruebas
térmicas se irriga agua a 30° y44° o aire a 18° y 42°C en ambos conductos
auditivos externos en forma alterna, con lo cual se estimula cada oído en forma
separada. A pesar de no ser un estímulo fisiológico, esta prueba tiene un gran
valor localizador. Los valores normales de respuesta van de respuesta van de 3°/seg
a 51°/seg de velocidad angular de la fase lenta del nistagmus (fig. 5).
Respuestas por debajo o por encima de estos márgenes son considerados hipo o hiperreflexiva respectivamente. Puede calcularse además la preponderancia
direccional (PD) y la preponderancia laberíntica (PL) con las siguientes
fórmulas:
PD = (OD44° +
OI30°) - (OD30° + OI44°) x 100%
OD44° +
OI44° + OD30° + OI30° |
|
PD = (OD44° +
OD30°) - (OI44° + OI30°) x 100%
OD44° +
OI44° + OD30° + OI30° |
Cuando estos
valores están por encima de 33%, indican disfunción vestibular.7,11,12
La
información que nos da la ENG computarizada nos permitirá saber si la patología
es central o periférica, ubicar el lado de la lesión y hacer un topodiagnóstico
de la misma. Se buscan signos de disfunción central tales como: alteraciones en
la latencia, velocidad o morfología de los movimientos sacádicos; asimetría en
el rastreo pendular con o sin alteración de su ganancia; asimetría en el
nistagmus per-rotatorio a la aceleración sinusoidal armónica; la presencia de
nistagmus pos-calórico con direcciones
opuestas a las esperadas y con falta de fijación ocular. 1,4,12 Las vestibulopatías periféricas son diagnosticadas por descarte ante la ausencia de
alguno de los signos de disfunción central ya mencionados.
Como se
indicó al inicio, el diagnóstico del alguna patología otoneurológica dependerá
de la historia clínica y de la información que se obtenga de los estudios audiológicos y de la electronistagmografía, complementada por estudios de
imagen, fundamentalmente por la resonancia magnética nuclear.
Ver Bibliografía en el
hipervinculo.