Descarga epileptiforme y descarga interictal
Es necesario hacer una distinción de las implicaciones que
conllevan la utilización de términos como descarga epileptiforme o descarga
interictal. Estos dos términos no se pueden utilizar indiscriminadamente pues no
son sinónimos.
El patrón electroencefalográfico en el cual se identifican
descargas epileptiformes, es decir, aquel elemento gráfico que cumple con los
criterios expresados más adelante y que se asocia a la presencia clínica de
crisis epilépticas constituye un hallazgo importante para considerar el
diagnóstico de epilepsia. Un paroxismo se define como aquel elemento que
presenta una variación brusca de amplitud, forma o duración para sobresalir de
los ritmos de fondo. El término paroxístico por sí sólo no tiene una connotación
patológica. Aplicando los criterios descritos a continuación, se disminuye la
posibilidad de interpretar inadecuadamente ritmos paroxísticos de carácter
benigno que frecuentemente aparecen durante la transición entre la vigilia y el
sueño. Los patrones de somnolencia de hispersincronía hipnagógica, ondas agudas
del ver tex, complejos K y los husos de sueño propiamente, son todos de carácter
paroxístico sin connotación patológica.
La sobreinterpretación obedece fundamentalmente al
desconocimiento de características bien definidas de la morfología, amplitud y
frecuenci a de una descarga paroxística epileptiforme.
Las descargas paroxísticas epileptiformes son las puntas y
las ondas agudas. Las primeras se caracterizan además de cumplir con la
definición de paroxismo, por una morfología de contornos agudos y una duración
en su base que no excede los 70 milisegundos (Figura 8).La onda aguda, que
también cumple con los criterios establecidos para los paroxismos, tiene
contornos agudos, su duración en la base sobrepasa l os 70 mi l i segundos pero
no excede los 200 mili segundos. Ambas descargas descritas tienen la connotación
de aumentar el riesgo de presencia clínica de crisis epilépticas.
Los elementos adicionales que permiten una adecuada
identificación de este tipo de descargas incluyen frecuencia y distribución. Los
ritmos que predominan durante la vigilia y los diferentes estados de sueño
varían significativamente. En vigilia podemos generalizar que se sigue una
distribución (FIG 8) topográfica. Así por ejemplo: el ritmo alfa de 8 -12 Hz
predomina en la región temporo-parieto-occipital,mientras en la áreas frontales
lo hace el ritmo beta de frecuencia mayor de 13 Hz. Dependiente de la edad, se
apreciará una mayor o menor incidencia de ritmos theta con un frecuencia entre
los 4 -7 Hz distribuídos en regiones centrotemporales de ambos hemisferios.
Igualmente y en relación directa a lo superficial o profundo del sueño aparecen
brotes de actividad rítmica theta de 4-6 Hz, ondas agudas organizadas alrededor
del vertex o husos de sueño en las regiones centro-temporal es. Esto para
nombrar paroxismos benignos frecuentemente mal interpretados como
epileptiformes.
Una descarga paroxística con la misma frecuencia que los
ritmos de fondo no debe considerarse epileptiforme sin tener en cuenta más
aspectos. En los niños y no infrecuentemente en adultos jóvenes, el ritmo alfa
puede tener amplitud superior a los 150 microvoltios, contornos agudos o
"puntiagudos "y constituir simplemente una variación normal. A esto se le agrega
la presencia normal de ondas lentas delta posteriores de la juventud, que
combinado con una actividad alfa de las características anotadas, puede simular
un complejo de punta onda lenta. Identificar el estado de sueño y en particular
los numerosos patrones de somnolencia que ocurren en la transición de vigilia a
sueño se evita la sobre interpretación. A esto se le agrega tener conocimiento
de la distribución de los distintos patrones de sueño que se mencionaron
anteriormente.
La onda lenta, que tiene una duración en su base por encima
de los 200 milisegundos no tiene implicaciones patológicas como hallazgo
aislado. Sin embargo, es frecuente que la punta o la onda aguda se acompañen de
una onda lenta. Situación que ayuda definitivamente a la identificación correcta
de una descarga paroxística epileptiforme.
La morfología de la punta y de la onda aguda es asimétrica,
con una fase ascendente más rápida que la descendente y como se había discutido
con una frecuencia generalmente más rápida que los ritmos de base de donde
sobresale. Algunos de estas características son más aparentes en los registros
análogos de papel que con los equipos digitales más recientes.
El hecho de registrar descargas epileptiformes en un paciente
con un diagnóstico suficientemente fundamentado de epilepsia sólo puede
utilizarse como información que apoya aún más este diagnóstico. Hay que resaltar
que hasta en un 2,5% de la población general se pueden registrar descargas
epileptiformes sin crisis epilépticas en el pasado. Se estima sin embargo, que
hasta un 15% de este grupo puede desarrollar posteriormente crisis. En el
paciente con epilepsia las descargas epileptiformes registradas en el EEG y que
no se asocian clínicamente a crisis se denominan descargas interictales.
Las descargas interictales tienen una distribución focal,
regional o generalizada. La clasificación de las crisis epilépticas las divide
en parciales (focales),generalizadas o secundariamente generalizadas (inicio
focal con generalización posterior). En este orden de ideas, las crisis
generalizadas del tipo mioclonías, ausencias, tónicas, tónico clónicas,
atónicas, se asocia más frecuentemente a descargas interictales generalizadas.
Por otra parte, las crisis parciales cursan con descargas interictal es focal
es. Esta consideración no descarta la posibilidad de que en un mismo paciente
existan descargas parciales y generalizadas. Aún más, pueden tener carácter
multifocal, circunstancia que representa todo un reto diagnóstico.